La Asociación de Vecinos Limonar Caleta repasa algunos problemas del barrio como las dificultades de movilidad, una línea de la EMT de escaso horario o el arroyo de La Caleta.
El Limonar, al igual que la calle Larios, suele ponerse de ejemplo de rincón de Málaga con servicios aparentemente ‘excelsos’ porque el Ayuntamiento se vuelca a fondo, sin embargo, ni mucho menos lo ve así la Asociación de Vecinos Limonar Caleta, que hoy detalla algunos problemas y reclamaciones que siguen pendientes en el barrio.
Uno de ellos, precisa Enrique Rodríguez, presidente de la asociación de vecinos, es el problema de la movilidad, porque pese a que El Limonar sea un barrio «emblemático» en el que, destaca, se realizan visitas guiadas a sus villas más hermosas, «nos encontramos con elementos de primeros del siglo XX». El presidente hace referencia a los viejos postes de la luz que, sumados a tramos de aceras rotas, hacen de la movilidad un escollo, «porque aquí además vive mucha gente mayor».
Si a eso sumamos que algunas partes del barrio cuentan con aceras estrechas en las que los postes dificultan el paso, el problema está servido y de las dificultades de movilidad, resalta el presidente, está informado el alcalde.
Y para los vecinos sigue siendo insatisfactorio el servicio que presta la línea 32 de la EMT, algo que ya dejaron notar en marzo de 2018, cuando se movilizaron con pancartas a la entrada del Paseo de Miramar para reclamar que el autobús tuviera un horario más amplio.
«Estamos en un barrio donde se paga uno de los IBI más altos de Málaga y sin embargo, en cuanto a servicios El Limonar no está compensado», destaca Enrique Rodríguez, que pone el ejemplo de la línea 32, cuya última salida nocturna es a las 21.30 desde la Avenida de Andalucía y a las 21.20 desde El Mayorazgo.
«Es un horario que limita las posibilidades de los mayores que no conducen y que quieren cenar en el Centro de Málaga y darse un paseo por la noche», lamenta. A juicio de la asociación, este problema no debe tratarse atendiendo únicamente al índice de ocupación del transporte, «es un servicio público que deben dar a un barrio». A este respecto, Enrique Rodríguez critica que las personas mayores se tengan que bajar en la parada de la línea 3 o la línea 11, «y tengan que andar un kilómetro y medio a las 10 de la noche si viven en El Mayorazgo».
Por eso, aprovecha para proponer «que el último autobús salga a las 11 de la noche, no pedimos un autobús nocturno».
Paseo de Miramar, con aceras estrechas
El presidente de Limonar Caleta también quiere hablar de la restauración del conjunto de la Fuente de Berrocal en Pinos del Limonar, cuyo elemento principal, la mesa con un bodegón realizado por Miguel Ortiz Berrocal, sigue a la espera de restaurarse.
Enrique Rodríguez considera que el precio estimado para recuperarla es «excesivo, y hay situaciones mucho más urgentes que gastarse el dinero en reparar una fuente», aparte de que continúa el riesgo de que vuelva a destrozarse, «porque siempre hay gamberrismo».
Arroyo de La Caleta
Y continúa preocupando en El Limonar el paso del arroyo de La Caleta por el barrio, con un tramo al mismo nivel que la calle y sin ningún elemento de separación, el que se encuentra entre las calles Ramos Carrión y San Vicente de Paúl. La situación provoca el cíclico desbordamiento del arroyo por las calles.
El colectivo de vecinos sigue reclamando una solución, «un paso elevado para que el río pase por debajo», destaca. A este respecto, la Asociación de Vecinos Limonar Caleta ya pidió en 2016 al Ayuntamiento que estudiara la posibilidad de construir sendos puentes para coches y peatones en el cruce con estas dos calles.
El presidente también hace referencia a la casa del Camino Nuevo de 1920 que un grupo de vecinos del barrio quiere que tenga protección arquitectónica para impedir su derribo, ahora que un cartel publicitario anuncia una promoción inmobiliaria en la parcela y que la promotora no precisa cuál será el destino del inmueble. «El Ayuntamiento no ha protegido la casa y cuenta con técnicos. Quienes reivindiquen la protección deben hablar con Urbanismo y con los técnicos», señala.
Además, el responsable vecinal aprovecha para mencionar otro asunto que preocupa en El Limonar desde hace años, pese a que se han visto algunas medidas en los últimos tiempos: el trasiego de bicicletas y patinetes eléctricos por el vecino paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso.
Aunque desde hace poco este tráfico está prohibido por la acera gracias a una ordenanza municipal, «no hay suficiente vigilancia» y esto hace que sigan proliferando, advierte. La solución del carril 30, a su juicio, pone en riesgo a los ciclistas y no es la más idónea. Por último, aprovecha para pedir que los ciclistas lleven «matrícula en la bici y seguro».